Ya está aquí... Mamarracheo #38 💅🏼
Novedades, señoras en trenes y el tema del tiempo
Jelou, buenas:
Este es el primer número de Mamarracheo 💅🏻 de muuuuuucha gente. ¡Muchas gracis por suscribiros! 🧡
Y he visto que muchos venís por la recomendación de
, así que aprovecho para recomendar su Substack que está arrancando y que promete mil.Bueno, me presento en un momentito:
Me llamo Sofía y soy escritora, guionista y poeta (de hecho justo hoy sale mi primer poemario, Refrán de Amor)❤️🔥.
Aquí escribo sobre cultura pop 💓: libros, pelis, series. Y también sobre cosas lokis que me pasan y otras sobre las que reflexiono mientras friego. 🧼
Mi máxima: la vida es muy seria, hay que ser más mamarracha.
✨ Qué vas a encontrar por aquí:
–El boletín de Mamarracheo, los 27, con tu nómina, Mari. 😎 (Me hace gracia escribir esto cuando ahora mismo estoy en el paro, risas).
–Posts semanales de temas chachis.
✨ También te cuento que:
–Ahora hay un grupo de Telegram de Mamarrachis. Aquí comentaremos: lecturas, pelis & series y reflexiones chachis. 🤓 También haré una sección con planes de Madrid. 🌇
✨Para los que llevaís aquí tiempo:
Me siento fatal por llenarte la bandeja del correo. 🥹 Pero todo lo que escribo lo hago desde mi corazoncito, no por crear por crear. Pinky promise. Así que espero que sigas sintiendo que esta es tu casita. 💕
Y ahora sí que sí, let’s begin.
Llevo unas semanitas de anécdotas varias.
Nos decían en el máster que si estás atenta, las historias vienen a ti.
En un tren Sevilla-Madrid yo corroboro que en mi caso no es así: a mí las historias me miran a la cara, me cuestionan, me preguntan, si hace falta, mi signo del zodiaco. En este caso viene en forma de señora. Qué sorpresa.
Me enseña su billete, efectivamente, va sentada al lado mía. Me pide que le suba su chaquetón negro con brillito en las mangas.
–Fatal, hija, vaya día, estaba yo en el banco y me han llamado que está mi amiga Montse malísima.
–Vaya –le respondo a la señora.
–Y claro, digo ya cojo yo el AVE y estoy en Madrid. ¡Por cuatro minutos lo pierdo! Está muy mala la Montse.
La señora me enseñó las fotos de la boda de la hija de la Montse, una foto de las dos –ella iba de rosa claro y la Montse de rosa fucsia–, la de la madre de la Montse –92 años y está estupenda, me aclara– y otras más.
Ella no paraba, no paraba, no paraba.
El señor de al lado resoplaba y decía en voz bajita que era una pesada. Y lo era, porque le daba igual que yo estuviera tecleando corriendo para mandar una cosa que me habían pedido de última hora, ella seguía hablando.
Cuando el tren llegó a Atocha ni se despidió. 🥹
Ese mismo día me había llamado por la mañana mi tita Mari. Había encontrado un libro en el despacho de mi abuelo, un poemario de Alberti –supuestamente–, firmado por el autor –cree– con un poema de mi abuelo –duda–.
–Te lo voy a recitar, a ver qué piensas.
–Vale –le dije yo, aún con el edredón por encima.
–Por amante, por amiga… ¿esto es muy raro, no? Los poetas sois muy raros.
–Yo que sé –le dije.
–¿Tú no te has tomado el café aún, no?
No, no me había tomado el café. Pero no sabía ni qué tomarme.
Mientras busco curro no sé si ponerme en LinkedIn una habilidad que sea: encontrandora de historias nata, literalmente, me las escupen a la cara.
Señor mío.
Como anuncia la cartela de este Mamarracheo: qué hambre se pasa en la fase premenstrual.
Viernes noche, pizza y serie. 😎 Me podría comer a mí misma del hambre.
Me pongo Citas Barcelona 2. El primer capítulo no me encanta, ¡pero los de después sí! Si os apetece verla, la tenéis en Amazon Prime.
Y después mi primer libro del año: Todo lo que no puedo decir de Emilie Pine. Te gustará si te interesa el tabú en diferentes formas, dentro de la familia, cuando recuerdas tu adolescencia y otras experiencias.
Preparo la promoción del poemario, que no una promoción per se. Unas amigas escritoras me escriben para hacerme una pequeña entrevista. Una de las preguntas: ¿te sigue preocupando el tema del tiempo? Les respondo desde la cocina de la casa de mis padres, me acabo de tomar un antibiótico, un protector de estómago y un antiinflamatorio porque han pasado ocho horas desde la última toma. Si os han sacado las muelas del juicio y no os ha dolido nada, sois personas con suerte.
Sí que me preocupa y este mes me ha preocupado más.
Hace un par de años, en el balcón de mi casa, un amigo de la uni me dice mientras se fuma un cigarro eso de que el tiempo es una ilusión. Yo giro la cabeza. Y me pasa como a Miranda Priestly en El diablo viste de Prada cuando frunce los labios: no le convence la propuesta.
Hace unos años, enero era mi mes favorito. Me encantaba. Pero de unos años a esta parte la cosa ha cambiado.
Llegué a enero de 2025 con los deberes hechos: mi lista de propósitos hecha, mi Excel para búsqueda de trabajo preparado y la newsletter programada. Pero hay otro tiempo, más denso, que lo frena todo.
Pasan cosas, los planes se van cayendo.
Me tienen que quitar la muela del juicio, pero tengo que esperar.
Busco curro, pero no sé si podré hacer entrevistas con la muela mal.
Me operan y me enchufo mil pastillas, me duele todo el cuerpo, tengo que parar la vida. Intento leer a Rosalía de Castro, pero no aguanto ni dos poemas.
Otra vez el tiempo denso recordándome que la productividad es un invento, que puedes tener voluntades pero que él pesa mucho.
Otra vez en casa de mis padres donde pasé 2020, el tiempo frenado, yo resignada.
Pienso en el arte de cultivar la paciencia.
Quizá exagero la rapidez. Quizá la lentitud.
Sin duda sí: el tiempo es un tema que me ronda de una manera exagerada.
Aquí una mamarracha valorando esta newsletter maravillosa ☕
Completamente enamorado de este newsletter. Me encantó empezar la semana leyendote, espero poder hacerme con tu libro pronto